martes, 28 de septiembre de 2010

El compadre Mendoza

por Lila Nieto

Una más de las odiseas de este cineclub para conseguir la película (sí, ya nos regañaron por publicar la cartelera sin tener todos los pelos de la burra en la mano), pero esta vez no fue posible conseguir la que teníamos planeada para la noche (Reed, México insurgente, de Paul Leduc, México 1973); además, perdimos al invitado especial junto con ella. Tras ofrecer una disculpa por el desastre, el público eligió ver El compadre Mendoza (México, 1934) para completar, por lo menos, la trilogía de Fernando de Fuentes sobre la revolución mexicana.

Basada en el cuento homónimo de Mauricio Magdaleno, De Fuentes comparte la dirección de esta película con Juan Bustillo Oro, apasionado vasconcelista igual que Magdaleno. Ambos vivieron en carne propia la aguda crisis política que sobrevino tras el asesinato de Álvaro Obregón en 1928, así como la ilusión y el derrumbe del movimiento político de José Vasconcelos. En palabras de Magdaleno: "Lo que empezó siendo pura adhesión intelectual (...) devino fervor y embriaguez (...) y concluyó en mística (...) de ahí que la derrota nos abrumase (...) Ni habíamos perdido ninguna situación política ni menos la probabilidad de un puesto bien remunerado. Era algo peor, algo no computable en ganancias materiales. Nos habían destruido en la médula misma de nuestro ser". [1] Bustillo Oro y Magdaleno, desilusionados de la política, se encontraron de nuevo en el campo del arte, y trabajaron juntos en proyectos de teatro social (Teatro de Ahora), literatura y cine en los años 30.

Aunque El compadre Mendoza no fue censurada como las otras dos partes de la trilogía, "sufrió la incomprensión de los críticos de la época y de la ceguera de las autoridades cinematográficas, quienes la condenaron a un olvido estratégico" [2] que terminó cuando, según el historiador Emilio García Riera, la rescató Georges Sadoul, crítico e historiador francés que visitó México a principios de los años 60. A partir de entonces, el movimiento cineclubista difundió la película y ésta encontró su lugar entre las grandes obras del cine mexicano.

Durante el debate, uno comentó "el conflicto, la razón por la que Rosalío traiciona a su amigo, es débil, no está bien justificada". Alguien más dijo "otra vez me quedo con la sensación de que Fernando de Fuentes no muestra a los héroes de la Revolución, no exalta su figura". Las críticas oscilan entre "El compadre Mendoza no expone villanos, ni héroes; por el contrario, humanos bajo situaciones adversas que deben tomar decisiones vitales" [6] y "En el contexto de una alegoría sobre el asesinato de Emiliano Zapata, asistimos, por un lado, a la destrucción moral de un hombre acomodaticio (...) que sacrifica la amistad en beneficio del interés inmediato." [4] En todo caso, es un hecho que esta película es un tejido complicado que De Fuentes dibuja con sutileza, con mesura, pero sin perder ningún antecedente ni detalle.

Censurada por la derecha, por la izquierda y por enmedio, la saña no puede sino hablar bien de la trilogía de Fernando de Fuentes.

Quedó prometida la proyección especial de Reed, México insurgente (Paul Leduc, México 1973), que estaba planeada para hoy. En cuanto llegue a nuestras manos quedará programada. Esperen pronto esta invitación especial y la cartelera de octubre.

Bienvenidos sus comentarios.
¡Abróchense los cinturones!

Fuentes:

1 comentario:

  1. el detalle que reza masomenos el hecho de que no se presentan heroes ni villanos en la pelicula sino seres humanos en situaciónes vitales y en la urgencia de una desición, aunado al hecho de percibir la construcción dramatica de la desilusión desde la misma vida del autor, me deja muy intrigado y con ganas de ver la pelicula pues ¿no nos econtramos en las mismas situaciones siempre?

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