jueves, 22 de julio de 2010

Orfeo

por Lila Nieto

Esta noche nos acompañó José Luis Gutiérrez Arias, cineasta y escritor que visitó nuestro cineclub por primera vez hace casi un año para presentar su ópera prima Todos los días son tuyos (México, 2007), un thriller político que rescata algunas de sus experiencias como periodista durante la sonada "caza de vascos" en México durante el sexenio de Vicente Fox. En esta ocasión, José Luis eligió un estilo muy distinto con la película Orfeo (Francia, 1950) de Jean Cocteau para el ciclo Poesía en Imágenes. En el fondo, José Luis también es un poeta. A continuación, algo de lo que se habló en el debate con un público muy apasionado (Cocteau no admite medias tintas, en todo caso).

Igual que en esta película en la que Orfeo vive en dos mundos, Jean Cocteau vivió una doble vida. Sin embargo, su vida y su obra giraron siempre en torno de su homosexualidad, "que él impuso en una sociedad intolerante a partir de la idea clásica de ésta: las figuras de Apolo y Orfeo", las dos figuras masculinas más repetidas del trabajo de Cocteau como poeta. "Sería muy francés un Orfeo poeta", nos dice nuestro invitado de la noche, "un Orfeo casi Mallarmiano, más que griego". De hecho, el Orfeo de Cocteau está inspirado en Raymond Radiguet, el famoso novelista (aquí en un dibujo de Picasso) muerto de tifus a los 20 años, quien se hizo célebre de la noche a la mañana con las novelas El diablo en el cuerpo (1920) y El baile del conde de Orgel, publicada en 1924, un año después de su muerte. Cocteau conoció a Radiguet después de la guerra cuando éste tenía 15 años, y se enamoró de él. Lo convirtió en su protegido, su amante y su socio en la revista que fundaron juntos, Le Coq. Su muerte sumió a Cocteau en un luto que lo arrebató de la actividad creativa durante más de dos años y aumentó su adicción al opio. En 1926 escribió la obra Orfeo, cuyo personaje está inspirado en Radiguet.

"Hoy en día el cine de autor tiende a hacer poesía visual, eliminando los diálogos". José Luis Gutiérrez eligió Orfeo justamente porque combina la imagen con diálogos poéticos. "Cocteau quiso equilibrar la imagen y el diálogo, no quiso borrar su poesía en el cine", pero tampoco se privó de traducirla a imágenes. Muchos cineastas se han visto seducidos por llevar mitos a la pantalla desde el punto de vista autoral (por ejemplo Kurosawa, Von Trier y Greenaway), lo cual implica un riesgo. "El éxito consiste en que logren traducir el mito a imágenes modernas. Cocteau retrató su época con Orfeo; en ella vemos el movimiento feminista, la imagen de Apolo como ideal homosexual y una crítica a la misoginia con el personaje de Eurídice". Desde el público se comentó además que "caricaturiza" su retrato social a través del mito e incluso caricaturiza su propia representación al llevar la dirección de actores al límite de la exageración, logrando "una especie de metalingüismo muy prematuro, representacional", lo cual lo salva de ser un insufrible mondongo de retórica francesa. Cocteau "aprovecha el mito para reflexionar sobre su proceso creativo". Cocteau utiliza el mito para explorar su homosexualidad, para representar el acartonamiento y el vacío de las relaciones humanas establecidas como "normales".

No olvidemos que Cocteau, antes que cineasta, fue poeta y dramaturgo, además de novelista y dibujante. Sin embargo, una de sus virtudes es que explora cada proceso creativo utilizando sus herramientas características, es decir, su cine no se pierde completamente en la retórica poética (aunque sí se regodea, eh?) sino que incluso precede la Nueva Ola francesa al separar el trabajo en foro y las locaciones exteriores. "Técnicamente están bien logrados los efectos especiales, hay rigor en la realización", comenta José Luis.

Con todo, para mi gusto esta película ya se nota anticuada. Pensemos, por ejemplo, en la muerte de El séptimo sello, de Bergman, una muerte atemporal y terrible, una historia de símbolos que no busca representar ni caricaturizar su tiempo sino analizar algo más bien universal. En Orfeo, la muerte es una especie de mujer malcogida y encorsetada que no impresiona a nadie con su gesto de frustrada autoridad. En fin, la homosexualidad misógina de Cocteau es visible también en el acartonamiento de los personajes femeninos. De los personajes, como bien dijo alguien en el debate, "el motociclista y el chofer son totales".

También se comentó en el debate que esta película es "surrealista", y de hecho muchos señalan a Cocteau como el introductor del surrealismo en el cine francés, cosa que él siempre rechazó. El surrealismo surge de un "franco rechazo a la estructura dramática, por ejemplo en Buñuel, pero aquí no está utilizado así. Los efectos especiales no rompen las convenciones lógicas de la narración", respondió José Luis. En efecto, la película narra una historia de principio a fin, y los rompimientos de la lógica terrenal son verosímiles en tanto que se trata de un mito que establece esa convención. "Todo menos el rompimiento de tiempo en las escenas responde a la representación clásica del teatro".

Filmografía de Jean Cocteau
  • La sangre de un poeta (1930)
  • La bella y la bestia (1945)
  • El águila de dos cabezas (1945)
  • Los padres terribles (1948)
  • Orfeo (1950)
  • La villa Santo-Sospir (1952)
  • El amor bajo el electrodo (1955)
  • El testamento de Orfeo (1955)

Los esperamos el próximo martes con la proyección de 2001: Odisea espacial, de Stanley Kubrick (UK-EU, 1968). Nuestro invitado de la noche, Alberto Chimal.

¡Abróchense los cinturones!

No hay comentarios:

Publicar un comentario