viernes, 11 de junio de 2010

Un poquito de tanta verdad

por Lila Nieto

Con un documental como este el tiempo de debate siempre queda corto. Surgen tantos temas de discusión, tantos mitos, preguntas, ideas, sentires, que uno se va con hambre. Hambre de saber, hambre de hacer.


Las personas que integraron el público de la noche no habían visto Un poquito de tanta verdad, documental de Jill Friedberg (EUA-México, 2007, 93 min.), y la primera reacción fue de gran sorpresa y enojo; ninguna versión oficial de lo que pasó durante la resistencia en Oaxaca refleja la realidad, las causas y logros del movimiento popular, y tampoco la incapacidad de dialogar y la violencia represora del gobierno estatal y federal. Este documental pone en evidencia cómo los medios masivos de comunicación son un instrumento de manipulación y control.


Para iniciar el debate, Julio Broca –nuestro invitado, activista, sociólogo y diseñador que se ha involucrado en esta lucha– mencionó el principio de esperanza, que consiste en el hecho de que “todos descubrimos que somos los constructores de una parte de la miseria que nos agobia a todos, y al darnos cuenta, decidimos dejar de construir eso y comenzamos a usar nuestra fuerza y capacidad de hacer para construir un mundo distinto, con actos modestos y cotidianos pero que rompen la temporalidad de dominación en la que vivimos”.


En el diálogo, pronto surgió la pregunta, ¿qué es la APPO? ¿Es una ONG, una guerrilla urbana, un grupo radical, una pandilla de vándalos, una gran bola de huevones? Ninguna de las anteriores, la APPO es lo que dicen sus siglas: Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca. Es decir, que cuando la combativa Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) inició un plantón en el zócalo de Oaxaca el 14 de junio de 2006 para exigir mejores condiciones no sólo para ellos, sino también para los niños a quienes educaban -niños que llegan a la escuela "sin desayunar, sin zapatos"-, esa noche fueron desalojados violentamente por la policía, con saldo de una maestra que abortó y muchos heridos. Al amanecer del 15 de junio bajaron a la ciudad más de 300 organizaciones indígenas y campesinas de los alrededores para unirse a su lucha, así como actores sociales de izquierda al margen del estado. La APPO se formó así, y las organizaciones que la conforman llevan muchos años luchando a la sombra de los medios de comunicación, la opinión pública y los gobiernos que se han sucedido el poder de ese estado. También se unieron a esta asamblea estudiantes universitarios y amas de casa. A lo largo de los hechos se sumaron muchos artistas que más tarde formarían diversos colectivos a favor del movimiento, uno de los cuales es la Asamblea de Artistas Revolucionarios de Oaxaca (ASARO). La APPO, entonces, es una conglomeración de luchas populares, de personas que comparten las carencias y las injusticias, una expresión de todos los anónimos que han resistido la opresión. Más de 70 mil personas integraron este movimiento, y lo siguen integrando potencialmente.


En México hay movimientos populares de resistencia todo el tiempo. De hecho, los pueblos originarios han sobrevivido gracias a su capacidad de resistencia y a su profunda identidad cultural, gracias a la eterna lucha organizada y a la esperanza de que un día puedan vivir en paz. Pero lo que hace característica esta lucha en particular es que efectivamente instauró la ingobernabilidad en el estado al expulsar todos los poderes y tomar las oficinas gubernamentales. Esta lucha era imposible de desarticular, pues las ofensivas oficiales sólo lograban fortalecerla. Cada revés se traducía en una nueva acción de resistencia. Y en gran medida la organización popular se sostuvo y creció gracias a la toma de los medios de comunicación.


Así como los medios masivos de comunicación en manos de las corporaciones y los gobiernos son utilizados para mantener lobotomizado al pueblo, en manos de la gente se convierten en lo opuesto: un instrumento que conecta, informa, despierta, sensibiliza, un instrumento fundamental para la lucha organizada. Tanto, que cuando el gobierno mandó una ofensiva paramilitar para romper las barricadas –que consistía en camionetas llenas de policías vestidos de civil disparando indiscriminadamente contra la población –, la gente no se quedó en sus casas agazapada sino que salió a la calle a defenderlas con su presencia, ¡la gente salió a la calle a mitad de la noche! Salieron a defender, a evitar la represión, porque sabían que eran parte de esa lucha, que compartían sus demandas y sus dolores, y sus esperanzas: se acomunaron. Por eso, en parte, se ha comparado esta lucha con la Comuna de París.


En el debate también se mencionaron los grupos radicales que se infiltran en los movimientos populares para legitimar la represión, los llamados ultras. “Estos grupos surgieron del gobierno después de la matanza del '68, al darse cuenta de la fuerza de los movimientos sociales”, nos cuenta Julio. Lo que hacen los ultras es realizar "actos tan radicales que cualquier otro parece liviano y débil", y consiguen infiltrarse en los movimientos sociales porque su discurso de izquierda es “difícilmente reprochable, pero es inauténtico y está al servicio de la desarticulación de los movimientos por desgaste y discusión”, como sucedió por ejemplo en la huelga de la UNAM en el 2000. Lo que hacen los ultras es “invitar a la acción constante, lo cual no da cabida a la reflexión”. En oposición a esto, mencionó Julio, la academia se enfrasca en la "reflexión sin participar en el movimiento, lo cual produce un discurso derrotista y busca encontrar las causas del fracaso más en el movimiento que en la violencia cínica del poder. Lo que queda en medio de esto es el pueblo." Hoy, nos hemos dado cuenta de que "la actitud más subversiva posible es el optimismo y la risa". Por eso, comentó nuestro invitado, al surgir gran cantidad de producción artística y con el hecho de bailar en las barricadas, la APPO retomó la idea de la famosa anarquista Emma Goldman: "Si en tu revolución no se puede bailar, no me interesa tu revolución.”


La táctica de salir a las calles surgió hace unos 20, 40 años. Ahora está a la mano la tecnología. “Tomar los medios es ir más allá.” Alguien comentó en el público que la falta de acceso a Internet y otros tipos de tecnología mantiene a los pueblos en el retraso. Hay una gran población campesina que todavía es mayor que la urbana y que cuando se fundaron las ciudades era muchísimo mayor; sin embargo, los que vivimos en las ciudades "creemos que somos el centro del mundo". Nuestro invitado mencionó que "en el siglo XXI las temporalidades son distintas, la lógica cotidiana es distinta. Temporalidad es subjetividad", lo que desde un punto de vista se puede ver como "retraso ante el progreso" en realidad es otra temporalidad, es decir, otra subjetividad, otro punto de vista, otra manera de entender el mundo, “que justamente está siendo destruido por la idea de progreso”.


Se dijo también que en la sociedad mexicana "no hay cohesión social". Y es que “tenemos introyectada la historia como nos la han contado”, nos dice Julio. Podríamos entender la historia desde las rebeliones, es decir, "la linealidad del poder fragmentada" y “desde todos esos pequeños actos cotidianos de resistencia al poder y de goce de la vida desde nuestra propia autonomía más allá del dinero y el trabajo. Entonces hay mucha cohesión social y lo que no hay es libertad para expandirla pues su tope es el interés de la producción y el poder, eso fue lo que pasó en Oaxaca y es lo que sucede en cualquier lugar cuando el miedo a la autoridad desaparece”. Julio mencionó el capítulo "La acumulación originaria" del libro “Crítica a la economía política” de Karl Marx, que habla del surgimiento del sistema capitalista contemporáneo a partir de políticas violentas contra campesinos y artesanos. Cuando comenzó la Revolución Industrial, la gente vivía de la tierra, y no tenía necesidad alguna de dejar su autonomía para irse a trabajar en una fábrica y ser explotado. La reina Victoria entonces prohibió trabajar las tierras, entre otros decretos.


Cuando hablamos de la represión del Estado, un integrante del público, asiduo de nuestro cineclub, hizo una interesante aclaración, "El Estado es territorio-gobierno-sociedad. El que reprime es el gobierno; cuando se habla de que el Estado reprime, te acercas a la idea de la desaparición del Estado". Y la desaparición del Estado se puede ver de dos formas: como la visión neoliberal que adelgaza al Estado por medio del poder económico y mediático de las corporaciones, o como la visión anarquista de que el pueblo puede organizarse y gobernarse a sí mismo, sin necesidad de un gendarme. Algunos nos inclinamos hacia la segunda, pero esa ya es otra discusión. Para cerrar el punto, Julio recordó que "el neoliberalismo ha mercantilizado todo, hasta el Estado." Podemos mencionar como ejemplo el caso de López Obrador, que dio al capital todas las señales de ser confiable para administrar el país a pesar de no ser de derecha; o el hecho de permitir que las agencias de inteligencia estadounidenses operen en el país contra el narco, que se maneja como algo normal y necesario, y no como una falta de soberanía y una política entreguista del gobierno de Calderón.


Cuando alguien mencionó que "hay que despertar la conciencia de la gente", Julio respondió que sí, pero que también "la conciencia existe, siempre tratando de unificarse sola. Por eso hay policía." El tema de despertar las conciencias quizás debería mirarse como difundir la información y la verdad. Por ejemplo, hace pocos meses que salió de la cárcel Juan Manuel Martínez Moreno, integrante de la APPO, acusado en 2006 del asesinato del periodista de Indymedia Brad Will, quien fue asesinado por paramilitares. Fue sonado el caso del asesinato de Brad Will pero no la noticia del compañero encarcelado injustamente por su muerte, ni la de los maestros asesinados por la policía. De hecho, el gobierno reportó que no hubo muertes.

Sobre los maestros que se integraron en la APPO hay muchos mitos fabricados por los medios masivos. Ser maestro es una actividad subversiva en tanto que promueve el pensamiento crítico. Radio Plantón fue un gran eje del movimiento en Oaxaca, porque fue fundada por los maestros de la Sección 22 del SNTE al darse cuenta de que, en los estatutos del sindicato está estipulado que tienen el derecho de establecer una estación de radio. Cuando tiempo después la policía la destruyó, al día siguiente la gente tomó 12 radios comerciales.


¿Por qué tanta guerra sucia y ofensiva contra un pueblo tan bien organizado en la lucha contra el poder opresor? En 2006 Felipe Calderón acababa de usurpar la presidencia, y era reciente el escándalo de la red de pederastia descubierta por Lydia Cacho y encabezada por Jean Succar Kuri y Kamel Nacif, protegidos por el aún gobernador de Puebla, Mario Marín. O sea, la cadenita de poderdumbre se podía venir abajo si triunfaba la resistencia oaxaqueña, y lo que las autoridades cuidaron no fue la justicia, ni al pueblo, ni la educación, ni la verdad, sino solamente su permanencia en el poder a costa de lo que fuera. Y ahí sigue.


Se dice que el movimiento fracasó porque "faltó organización, faltaron contenidos en las estaciones tomadas". Pero “cualquier propuesta falla si el gobierno se la quiere chingar", igual que "la propuesta más chafa funciona si se tiene la actitud de construir horizontalidad y un proceso autónomo”. El movimiento en Oaxaca fue asfixiado, pero las miles de personas que le dieron vida siguen luchando. Oaxaca ya no es igual ni lo será nunca. ¡Oaxaca vive!


5 comentarios:

  1. Qué buena está la reseña, sólo creando conciencia de que lo que necesitamos ya no es un gobierno, sino el imperio de la unidad fraterna, con núcleos de trueque, comercio justo y autosustentabilidad, podremos liberarnos de esos corruptos insasiables, que se queden sólos esos patanes!

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  2. Exacto, que se vayan todos. Sólo quiero hacer una aclaración sobre la reseña. Los ejemplos que escribí sobre la mercantilización del Estado no son claros. Podría mencionar más bien la desaparición arbitraria de Luz y Fuerza del Centro, que apunta a la subasta (por cacahuates) de la red de fibra óptica y que tiene a muchos trabajadores del SME en huelga de hambre desde hace ya 51 días. También podemos mencionar la paulatina privatización de Pemex, la venta de los bancos, la venta de Telmex, etcétera, etcétera, etcétera.

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  3. Uf!! Que tema!! Nos pudieron dar las madrugadas!! lo más chido fue el debate sobre enfoques divergentes respecto a la mirada de la política y los movimientos sociales. Aquí pongo un link donde pueden obtener en versión PDF el libro "Memorial de agravios. Oaxaca 2006" editado por el pintor oaxaqueño Rubén Leyva en colaboración con muchos fotógrafos de primer nivel con fotos impresionantes que a veces no se atrevió ningún medio a publicar. En el link busquen el sello de "Ediciones Marabú" y los manda a los libros.

    http://www.rubenleyva.com/

    Un abrazote.

    Broca.

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  4. Ya le eché un ojo al libro. Está muy interesante. Me gustaría hojearlo con calma en versión impresa, ¿dónde se puede conseguir?

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  5. Comparto...denuncio una historia que me confesó un ex amigo oaxaqueño con todo el cinismo del empresario yupi que es. Él junto con su socio dinamitaron dos oficinas para cobrar el seguro aprovechandose del movimiento. Es un ejemplo muy claro de la falta de conciencia, egoismo y mierda cerebral de un tipo que solo sirve para hacer abono

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