sábado, 3 de octubre de 2009

Sexo, amor y otras perversiones

por Lila Nieto

Esta tarde disfrutamos de una película coral, o sea, hecha de fragmentos, historias separadas cuyo enlace visual es que empiezan y terminan con una puerta. Originalmente, estas historias surgieron en el famoso taller de Vicente Leñero, y la consigna era escribir historias de amor; el proyecto se llamaría "Trece latidos de amor", pero al darse cuenta de que casi ninguna historia se trataba realmente de eso, sino más bien de desamor y sexo, el título más adecuado que encontraron fue el que tiene la obra: Sexo, amor y otras perversiones. De hecho, la única historia realmente romántica de la película es "Max Viagra", de Ernesto Murguía, dirigida por Daniel Gruener.

Existe la segunda parte de esta colección, que incluye las otras historias surgidas en el taller de Leñero. Por supuesto, se llama Sexo, amor y otras perversiones II, que aunque ya está filmada, se encuentra atorada por "broncas legales" de las cuales no conocemos los detalles, pero se espera que se estrene este año.

Producida por Carlos Sariñana, quien escribió y dirigió una de las historias -"A una mujer decente"-, los guiones se presentaron a distintos directores, quienes eligieron el guión que querían realizar, cada uno de los cuales se pagó en $25,000 pesos, más regalías. Finalmente, la película se filmó en tres días maratónicos en una casa ubicada en el Pedregal de San Ángel. En cartelera le fue bien, pues ocupó el tercer lugar de ese año con unos 600 mil espectadores. Ese mismo año se estrenó Una película de huevos, que por supuesto ocupó el primer lugar en taquilla, pues ha sido la película más taquillera de la historia del cine mexicano.

Las películas corales son siempre irregulares, ya que mientras unos fragmentos pueden ser geniales, hay otros más flojos. Esto es normal en este tipo de construcción; los fragmentos que más éxito han tenido en la crítica son la ya mencionada "Max Viagra", "María en el elevador" (de Fernando Zamora, dirigida por Carlos Carrera), y "La llamada" (de Carolina Rivera, dirigida por Gerardo Tort).

Ernesto Murguía nos platicó su experiencia escribiendo "Max Viagra". La idea, además de la consigna de que fuera una historia de amor, responde a la idea de que los personajes primero "cogieran" y luego se enamoraran. La mejor situación que Murguía encontró para que esto sucediera fue que los personajes fueran actores porno. De ahí, el cortometraje también retoma los geniales títulos de las películas porno mexicanas (nada geniales) que se exhiben, por ejemplo, en el Cine Teresa, ubicado en Eje Central Lázaro Cárdenas, en el Centro. Títulos como "Posición imposible" o "Porno Cop" inspiraron el título de la película en la que se conocen Max Viagra y Celestial Blowjob: "Penetrator". Murguía se reunió unas cuatro o cinco veces con Gruener para afinar el guión durante la preproducción, pero no participó en la realización; solamente fue al rodaje dos veces para curiosear, y para deleitarse con la actriz Patty Santos "la tumbahombres", que aparece en el corto como "la morena fogosa".

"Yo no sé nada de cine", dice Murguía, "ni prender una pinche lámpara". Sobre la discusión de si un guionista debe involucrarse en la realización de una película, él opina que debe dejar al director que haga su trabajo libremente: "Un güey que se quiera meter en todo ha de ser insoportable." Además, él quedó bastante complacido con el resultado, pues Daniel Gruener es un director extremadamente detallista, y tanto la dirección de actores, como el trabajo de arte y fotografía "van sumando" al guión, dándole una envoltura que lo hace cobrar vida y sentido a veces más allá de lo que el guionista ha escrito. Por ejemplo, para el rodaje consiguieron actores rarísimos que resultaron invaluables para la historia, como la mujer tatuada (que realmente está tatuada de todo el cuerpo) o "la morena fogosa", que es una actriz de televisión muy alta e impresionante. Otro ejemplo es la creatividad con que resolvieron la canción con que abre esta historia, que se compuso especialmente para ello, pues en el guión sólo se describe como "una canción semejante al tema de Terminator". Esta ficticia película porno en realidad tiene una superproducción comparada con las producciones reales de este tipo de películas.

Ernesto Murguía era cuentista y novelista hasta 2003, en que incursionó con este trabajo en el cine, labor a la que nunca imaginó dedicarse, pero a partir de entonces se ha enfocado más en ello, pues esta experiencia le permitió "pensar en el cine de otra manera"; actualmente está trabajando en un largometraje de terror.

Un comentario que surgió durante el debate fue que es cansado ver a los mismos actores en casi todas las historias, ver que el círculo se cierra a los nuevos talentos desconocidos que pueden enriquecer las pantallas y lograr una identificación más natural con los personajes, a lo que Murguía respondió que el cine involucra mucho dinero, y una manera en que los productores intentan aminorar el riesgo de perderlo es utilizando actores que "venden", lo cual nos lleva inevitablemente al próximo recorte presupuestal a la industria del cine mexicano. Dentro de esta discusión, hablando de la segunda parte de esta película, que se filmó en el mismo año que la primera, Murguía comentó: "¿Cómo puede ser que una película que se planeó en 2003 y se filmó en 2005 se estrene hasta finales de 2009?" La industria cinematográfica es parte fundamental de la identidad de un pueblo, y debe encontrarse un equilibrio entre las películas hechas solamente para entretener y las películas de arte, pero la pregunta obligada que surge es, si sólo se van a producir unas treinta películas al año, ¿cuáles películas se van a hacer?, y si estamos en una crisis grave y no hay dinero para la cultura, ¿por qué van a gastar 60 millones de dólares en la celebración del bicentenario? ¿por qué van a gastar otra cantidad inmensa de dinero en construir un nuevo y enorme edificio para la Secretaría de Gobernación? Las generaciones que nacimos a partir de los años setenta hemos vivido toda nuestra vida en crisis, y esa es una reflexión muy dura de tragar.

Otro de los comentarios que surgieron del público fue que, en realidad, esta película es bastante feminista en el sentido de que los personajes principales están dominados por mujeres. Y finalmente, que aunque esta película es bastante comercial y apunta más bien hacia el cine de entretenimiento, va más allá de una comedia en la que todo se resuelve -como en el cine comercial gringo-, sino que retrata situaciones más reales de la clase media mexicana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario