Hacia la mitad de la serie, la dupla Frost-Lynch sigue abriendo líneas narrativas, introduciendo personajes. En un hotel encuentran a Mike, el manco que no parece de este mundo. Sarah Palmer tiene visiones terribles del mismo Bob con el que ha soñado el agente Cooper. Hay una maquinaria de prostitución y narcotráfico articulada en los distintos negocios de Benjamin Horne. Aparece Maddy, la prima idéntica, el espejo de Laura Palmer. Cada personaje ha iniciado su propia línea de investigación.
Pero también hay un mal que siempre ha estado presente en esos bosques, un mal abstracto que se manifiesta de muchas formas. Hay una sociedad secreta que ha combatido ese mal por generaciones. Hay un sueño que le da a Cooper varias pistas para desenredar el asesinato de Laura Palmer. Hay, dice Hawk -el mejor rastreador de la región- muchas almas en cada persona, no sólo una. ¿Y a dónde se van los muertos? ¿Dónde se originan los sueños? ¿Qué sabe el búho de la noche?
El funeral de Laura resulta tan fársico como cualquier funeral que ha causado semejante conmoción. Las catársis son así cuando no se está preparado, ¿y cómo se puede estar preparado? Señores y señoras, así es como se pierde la compostura en un momento que, dicen, debería ser solemne.
Cooper, el héroe, tan inteligente, metódico, tan justo, sensible, simpático, tan sofisticado y pulcro, con esa grabadora que es ya un personaje, un testigo. Aparte del dominio absoluto de su oficio, su poderosa intuición comienza a jugar un papel importante en su método de investigación ... ¿tendrá nuestro héroe algún vicio de carácter?
Los esperamos el próximo
Viernes 26 de febrero
con los episodios 6 y 7
de la serie Twin Peaks
creada por Mark Frost y David Lynch
a las 19:00
en la Escuela de Escritores de Sogem
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