viernes, 15 de mayo de 2009

Martes 19: Mercader de las cuatro estaciones

Queridos cinecluberos,

El próximo MARTES 19 DE MAYO de 2009 reiniciamos nuestras actividades con la séptima función del ciclo Filosofía en Imágenes, traído a nuestro espacio por Carolina Rivas y Daoud Sarhandi, directores del estudio de producción Creadores Contemporáneos.


El MERCADER DE LAS CUATRO ESTACIONES
(Händler der vier Jahreszeiten)
(Alemania, 1972, 89 min.)

Cuando Fassbinder, tras rodar cinco películas en el espacio de dos años, decidió dar un giro a su carrera para abrazar los inexcrutables caminos del más grande de los géneros cinematográficos, el melodrama, se inspiró en un episodio familiar ocurrido durante su infancia: el firme propósito de su tío favorito de convertirse en vendedor ambulante de frutas y verduras provoca en su familia tal estupefacción que no le prestan el más mínimo apoyo moral y lo desprecian. De esta anécdota nació El mercader de las cuatro estaciones: "Esta historia es conocida por casi todos los que me rodean. Un hombre desea que su vida hubiera sido distinta de lo que fue. Su educación, su ambiente y las circunstancias conspiran para frustrar sus sueños."

Texto tomado de:
http://www.rafamorata.com/


Rainer Werner Fassbinder
Fassbinder nació en Bad Wörishofen (Baviera) el 31 de mayo de 1945, y murió en Múnich el 10 de junio de 1982. Fue director de cine, teatro y televisión alemán además de actor, productor y escritor, siendo el más importante representante del nuevo cine alemán. Llegó a encargarse también de la fotografía y, sobre todo, del montaje de muchas de sus obras.

La soledad, el miedo, la desesperación, la angustia, la búsqueda de la propia identidad y la aniquilación del individuo por los convencionalismos, el amor no correspondido, la felicidad soñada y el deseo tortuoso, la explotación de los sentimientos y su comparación a una mera transacción comercial, las pasiones íntimas como forma de retratar una época (la de la Alemania de los setenta que aún arrastra las consecuencias de la posguerra, "de la democracia que recibió como regalo") y dar testimonio de sus grietas económicas, políticas, morales y sexuales, son los grandes temas del cine de Fassbinder, en el que casi siempre tendrá un protagonismo esencial la mujer, figura que le servirá de excusa para poner de manifiesto los mecanismos opresivos que se dan en la relación de pareja, para plantear diversas fórmulas de emancipación femenina, y para representar a la mismísima nación alemana en sus films sobre la era Adenauer a través de tres heroínas "que pugnan por sobrevivir a los estragos del pasado": Maria Braun (interpretada por Hanna Schygulla), Lola (interpretada por Barbara Sukowa) y Veronika Voss (interpretada por Rosel Zech).

Película breve, de presupuesto muy modesto, El mercader de las cuatro estaciones es una sencilla, transparente, humilde, austera, áspera, desgarrada e inolvidable obra maestra.


Estilo
El estilo de Fassbinder es muy variado (clásico, barroco, realista, alegórico, expresionista, distante, moderno), no sólo considerando el conjunto de su filmografía sino también cada película en particular. A menudo se habla de Fassbinder como un gran director de escena, ya que cada plano estaba minuciosamente diseñado para provocar un fuerte impacto estético en la pantalla, ya fuera por su sobriedad o por sus retorcidas virguerías técnicas. En sus primeras películas abundan los planos lentos, muchas veces estáticos, e incluso repetitivos. Ver Katzelmacher (1969), por ejemplo, y compararla con Martha (1973).

Su estrecha colaboración con el cámara Michael Ballhaus le permitió llevar a cabo todo tipo de audaces giros, consiguiendo en alguna película verdaderos atrevimientos técnicos, como en Ruleta china (1976). Ambos ensayaron por primera vez en Martha (1973) el giro completo de 360 grados, que se ha convertido en el sello personal de Ballhaus en su posterior carrera en Hollywood a las órdenes de directores como Martin Scorsese, Francis Ford Coppola o Paul Newman entre otros.

Hay que subrayar que el atrevimiento estético y técnico nunca fueron meros ejercicios de estilo. Siempre estuvieron detrás de un programa estético y ético que Fassbinder heredó de los maestros del melodrama de Hollywood, como Raoul Walsh, de quien tomaba su apellido siempre como pseudónimo, o Douglas Sirk, al que conoció personalmente, singificando un cambio en su manera de hacer cine, y con el que colaboró como actor en su último film, el cortometraje Bourbon Street Blues (1978).

Al marcharse Michael Ballhaus a Hollywood, Fassbinder trabajó con Xaver Scharzemberger, con quién rodó películas tan importantes como La ansiedad de Veronika Voss, Lola o la mítica adaptación televisiva de Berlin Alexanderplatz, la novela de Alfred Döblin.

En sus últimas películas su estilo se complicó aún más, dando obras sus más difíciles y distanciadas del espectador como La tercera generación, En un año de 13 lunas (ambas filmadas por él mismo) o Querelle.


Douglas Sirk y el melodrama distanciado
La influencia del melodrama estadounidense en Fassbinder irrumpe a partir de 1971, cuando ve una serie de films de Douglas Sirk en una retrospectiva, y decide ir a conocerlo personalmente a su casa de Lugano (Suiza).

Las películas de Sirk, y las charlas con él, decidieron a Fassbinder a intentar hacer un cine más popular, a salir a buscar al público, dejando atrás su primera etapa más arty (influenciada por la Nouvelle Vague).

Su propósito desde ese momento fue crear unas películas "como las de Hollywood, pero sin la hipocresía". Con el modelo de Douglas Sirk en mente, buscó la manera de comunicarse con la audiencia sin trucos sentimentalistas, rechazando la empatía natural del espectador, y presentando las historias de la manera más fría, intelectualizada y distanciada.

Esta intención dio lugar a un estilo de filmar atrevido y moderno (tan moderno como el de sus primeras películas, pero con otra actitud). La presencia de la cámara se hace casi visible al espectador, por los ángulos, los movimientos y los planos que hace, consiguiendo así una anti-naturalidad que pretende distanciar al espectador y obligarle a juzgar las historias sin manipulaciones sentimentales.

Su primer "melodrama distanciado" fue Las amargas lágrimas de Petra von Kant (1972), que fue su primer éxito internacional.


Principales obras
(Cine y TV)

* 1969 - El amor es más frío que la muerte
* 1969 - Katzelmacher
* 1970 - El soldado americano
* 1970 - El dios de la peste
* 1971 - Atención a esa prostituta tan querida
* 1972 - El mercader de las cuatro estaciones
* 1972 - Las amargas lágrimas de Petra Von Kant
* 1973 - Martha (TV)
* 1973 - Todos nos llamamos Alí
* 1974 - Fontane Effi Briest
* 1974 - La ley del más fuerte
* 1975 - Miedo al Miedo - Angst vor der Angst (TV)
* 1975 - Viaje a la felicidad de Mamá Küsters
* 1976 - Sólo quiero que me ames
* 1976 - El asado de Satán
* 1976 - Ruleta china
* 1977 - Bolwieser (La esposa del ferroviario) - Bolwieser (TV)
* 1977 - Desesperación (basada en un libro de VladimirNabokov)
* 1978 - El matrimonio de María Braun
* 1978 - En un año con trece lunas
* 1979 - La tercera generación
* 1980 - Berlin Alexanderplatz (TV)
(basada en la novela de Alfred Döblin)
* 1980 - Lili Marleen
* 1981 - Lola
* 1982 - La ansiedad de Veronika Voss - Die Sehnsucht der Veronika Voss
(Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín)
* 1982 - Querelle (basada en la novela de Jean Genet)

Texto tomado de: http://www.es.wikipedia.org/


NOTAS A REFLEXIONAR

"Esta película genera la incómoda sensación de estar mirando un documental sobre gente que actúa en una obra ficticia" (Thomas Elsaesser): A la hora de poner en escena la historia del frutero, el maestro Fassbinder lleva hasta las últimas consecuencias:

1. Su máxima de no reproducir jamás la realidad, sino de hablar de ella, plasmarla de la forma más antinaturalista y excesiva posible, y lo hace a base de sus siempre rebuscados encuadres;

2. Una cámara más estática y menos manierista que en posteriores trabajos, pero igual de efectiva;

3. Zooms conscientemente abruptos.

4. Elipsis descomunales que despojan a la trama de cualquier accesorio u ornamento adicional con el fin de mostrar sólo aquéllos aspectos que al director le interesan;

5. La abundancia de primeros planos que, acompañados de sutilísimos silencios, resultan imprescindibles en este implacable retrato psicológico de personajes;

6. La sensación claustrofóbica que desprenden las secuencias rodadas en interiores, los cuales dan la sensación de estar grotescamente empequeñecidos con respecto a los caracteres que los habitan;

7. La perfecta integración de los flash-backs, que no rompen el discurrir del relato, sino que irrumpen inesperada y muy oportunamente en el mismo para enriquecerlo con el objeto de aportar información sobre aspectos cruciales del pasado de Hans que determinan su presente;

8. La estilizada, enfática y -como siempre- soberbia actuación de todos los actores, que no hacen el más mínimo esfuerzo para que el tono y la cadencia de sus palabras resulten naturales;

9. Los elementos del decorado y el vestuario utilizados como recursos distanciadores. Y como siempre, el maestro alemán se abstiene de sacar conclusiones, de plantear soluciones o moralejas de la triste historia que nos plantea: se limita a dar una visión de la cotidianeidad de la Alemania de la era Adenauer para adentrarse en los deseos, las frustraciones, las hipocresías y las obscenidades que presiden el mundo burgués.

Publicado por: Carolina Rivas y Daoud Sarhandi

No hay comentarios:

Publicar un comentario