jueves, 27 de mayo de 2010

MARTES 1°: La corporación


Amigos, para comenzar el ciclo de documental Redes sociales ante el poder de lo ilusorio, les presentamos
LA CORPORACIÓN (Canadá, 2003, 145'), de Mark Achbar, Jennifer Abbott y Joel Bakan, un documental interesantísimo que estudia la dinámica de funcionamiento de las grandes corporaciones, tan parecido a la mente de un psicópata, para mantener su poder económico.

Nuestro invitado de la noche: Juan Francisco Urrusti, cuya labor en el campo del documental y la antropología social ha explorado diversos aspectos de la cultura mexicana y las ha compartido con el mundo en festivales de varios países y escuelas como el Centro de Capacitación Cinematográfica.

Ustedes quizá conozcan algunas de sus películas, como El pueblo mexicano que camina (1996), nominado al Ariel y que sigue las peregrinaciones del 12 de diciembre; Encuentros de medicina maya (1987), también nominado al Ariel, y Tepú (1995), que muestra un ritual huichol para aliviar el enfermo ambiente de la ciudad. Curiosamente, Juan Francisco obtuvo un Ariel con el mediometraje de ficción La vieja que arde (1985).

Los esperamos este MARTES 1° de JUNIO 2010 a las 20:00 (mejor lleguen diez minutos antes porque empezaremos en punto de las ocho).

Foro Hilvana
Colima 378
entre Salamanca y Cozumel
Col. Roma Norte
México, DF

¡Abróchense los cinturones!

JUNIO: Redes sociales ante el poder de lo ilusorio


Queridos cinéfilos,

Durante junio proyectaremos un ciclo de documentales en colaboración con el festival Underfilms.

El ciclo se titula "Redes sociales ante el poder de lo ilusorio", pues los materiales muestran una probadita de cómo funciona el sistema político y económico de las corporaciones, y cómo las personas de distintos países crean otras maneras de vivir dignamente al margen (o debajo de la bota) de un sistema de poder y dominación que ha creado un mundo ilusorio a través de los medios de comunicación. El ciclo también mostrará una manera de concebir los programas gubernamentales de asistencia social muy distinta a la que conocemos en México.

Estarán con nosotros en los debates documentalistas, sociólogos, activistas y un médico que compartirán su saber y su experiencia con ustedes.

Mesa Redonda
El 29 de junio presentaremos una mesa redonda con el fin de cerrar la reflexión de este interesante ciclo. En la mesa estarán Julio Broca, activista, alpinista, diseñador, sociólogo, quien hablará sobre resistencia y horizontalidad; Larissa Rojas, cineasta, documentalista, ecologista, directora del festival Underfilms, que abordará el tema del documental como formador e informador de las redes sociales de resistencia; Agustín Martínez, diseñador, cineasta, cineclubista, director de la asociación civil Bicitekas, Agustín ganaría el trofeo a la mayor cantidad de horas de video grabadas sobre una bicicleta, y nos compartirá su experiencia en proyectos de ciclismo urbano, y Gabriel Rodríguez, cineclubista, historiador, escritor, que nos hablará sobre el cineclubismo como formador de públicos, y de los públicos como redes sociales, y sobre la red alterna de distribución Cinesud.
María y yo intentaremos moderar esta explosiva combinación.

¡No se lo pierdan!

miércoles, 26 de mayo de 2010

Morenita

por Lila Nieto

Algo que hace "atípica" esta película es que Alan Jonsson construyó una historia utilizando elementos de la realidad que nos circunda cotidianamente: el símbolo de la virgen de Guadalupe, el narcotráfico, la falta de dinero, la solidaridad en la familia y la corrupción del sistema judicial. Sin embargo, esta ficción logra conjuntar estos elementos en un thriller que se escapa del tono "oscuro y chillón" que llegó a caracterizar el cine mexicano, sino que construye una historia fresca, creativa y entrañable: un retrato del pueblo mexicano, o como dijo Alan, "un drama familiar". Se disfrutan las actuaciones, las hermosas tomas aéreas, los atardeceres dorados de la ciudad, las bien elegidas locaciones, el ritmo de trote que se sostiene de la mano con la banda sonora y la magnífica edición. Morenita obtuvo 12 premios en distintos festivales del mundo.

La idea del guión en realidad surgió de una noticia sobre el robo de ciertas piezas arqueológicas de cuyo paradero nadie nunca supo nada, hasta que un día simplemente aparecieron devueltas anónimamente. La historia se fue transformando y se filmó en el quinceavo tratamiento. Cuando la película se estrenó, un escritor de San Luis Potosí acusó a Alan de plagiar su novela. El escritor no quiso mostrarle su libro a Alan, quien lo buscó hasta dar con unos fragmentos en la UNAM, y dijo que la historia sólo se parece porque en ella también se roban el lienzo de la virgen, pero que él ni siquiera la conocía. Después de muchas llamadas, "licenciados" y un careo en el juzgado, el caso se resolvió y Alan se enteró de que ahora "ya no existe" el delito por difamación, plagio o calumnia. Habría que consultar la ley de Derecho de Autor para verificar los detalles de esta información.

La sorpresa de la noche fue que no llegó Ozcar pero sí llegaron dos de los actores: Everardo Arzate, que le hace del furibundo y explosivo Pinto, y Horacio García Rojas, que sale de Mateo, el que se roba el lienzo de la Virgen. Tanto Everardo como Horacio se formaron en el teatro, y Morenita es el primer papel principal en cine que ambos realizan. El elenco fue elegido con mucho tiempo de anticipación, lo cual dio espacio suficiente para que los actores construyeran su personaje y también las relaciones entre personajes. Horacio comentó que en algunas filmaciones "no hay ensamble actoral; los directores se fijan en lo técnico, en las cámaras, y no trabajan con los actores", y este problema en la dirección se nota en la pantalla, "siempre hay dos o tres negros en el arroz".
Ellos agradecieron el método de Alan, pues comenzaron a trabajar el proyecto con dos años de antelación. De ese modo, dijo Horacio, "puedes hacer un personaje que no seas tú mismo". Alan creó un ambiente en el que los actores no siguieran instrucciones a ciegas y en favor de la estética visual, sino uno donde pudieran aportar su experiencia como creadores en su campo de trabajo.

Ausente de las pantallas durante 14 años, el actor Ignacio López Tarso, que interpreta al abuelo de Mateo, obtuvo un premio en el festival Tregor de Estrasburgo, Francia. El personaje que interpreta es muy interesante: un anónimo jefe de mantenimiento de la Basílica de Guadalupe que en su juventud fue militar y luego se sumió durante años en el alcoholismo para finalmente encontrar la paz en dios, la familia y el trabajo.

Para filmar las escenas de las palomas, Jonsson y su equipo armaron el emblemático palomar con la ayuda de un experto: un colombófilo. "Fui con don Ignacio un par de veces", dice Horacio, "las palomas son bastante inteligentes y nobles", por lo que logró entenderse con ellas. Las escenas de palomas muertas o heridas se grabaron de una forma no aceptable para las personas: las pusieron hasta las chanclas de sedantes, y sólo una se murió del pasón.

Sobre cómo filmaron la megaconcentración de gente afuera de la Basílica de Guadalupe tras el hurto del lienzo sagrado, fue sencillo: Alan y su equipo fueron a filmar un 12 de diciembre. Aún así, contrataron un montón de extras. Para grabar los interiores tuvieron que construir un foro.

Antes de que se estrenara la película, Alan escuchó los testimonios de otros directores mexicanos que le vaticinaron horrores en la exhibición. Le dijeron cosas como, "uy, te va a ir en feria, mano", "no creo que recuperen la inversión, ya ves lo que me pasó a mí...", "seguramente faltará publicidad". Alan se negó a creerlo, pensando que el amarillismo y el derrotismo no llevan a nada, que todo saldría bien, que no tendría por qué suceder siempre lo peor. Pero pasó exactamente lo que le dijeron sus colegas. Pocas personas se enteraron del estreno de la película, cuando la gente iba al cine a buscarla se confundía de sala porque en la entrada habían puesto el cartel de otra y los encargados del cine no sabían bien a qué sala mandarlos, los boletos eran diferentes a los normales (esto no sé por qué), el distribuidor no se preocupó por cuidar que su publicidad estuviera bien colocada ni por vigilar la correcta proyección de las 180 copias que se mandaron hacer, y por supuesto la película estuvo muy poco tiempo en cartelera, de modo que cuando la gente comenzaba a enterarse de su existencia, ya no estaba en exhibición. Morenita tuvo solamente cien mil expectadores, que equivalen más o menos a la sexta parte de lo necesario para recuperar la inversión de 32 millones de pesos, por lo cual esto sólo sucederá a largo plazo. Próximamente Morenita se exhibirá en Colombia (qué ironía, por lo del colombófilo). También la pidieron en Estados Unidos, pero la distribuidora decidió no meterse en ese lío. En el debate varios pensamos que habría buen público entre la comunidad latina de allá.

Alan piensa que el cine "no se hace para resolver los problemas sino que puede simplemente plantearse una pregunta". Nos relató su experiencia al encontrar en YouTube una bola de comentarios negativos sobre por qué su película era una porquería y no valía la pena verla, que atentaba contra la virgencita, además de que pintaban a Alan como una especie de "pelafustán", como si fuera de verdad... me recuerda la historia del tío que se hizo asiduo a las proyecciones cuando el cine llegó a Durango allá por los años cuarentas; una vez reconoció a un actor que ya había visto, y le dijo a su compadre, "Oiga, pero, ¿qué a ese no lo habían matado ya?" "Sí, compadre, pero no es de verdad, están actuando." El tío, profundamente decepcionado, salió del cine a grandes zancadas para no volver jamás. Pero hablando de Morenita, Alan decidió meterse al foro de YouTube con una identidad falsa para preguntar si por lo menos habían visto la película aquellos que la atacaban... podrán imaginarse la respuesta. Muy revelador.

Existen todavía ciertas ideas sobre el cine mexicano. Las más comunes son que es "oscuro y chillón", que "los guiones son malos", que "siempre salen los mismos actores" y que "en México no hay el know-how". Dice Alan, "los gringos saben diseñar escenas", hasta en la película más chafa, y esto es verdad. Pero, si bien estas quejas aplican a muchas cintas, a casi todo lo que se hizo por lo menos en los años ochentas y noventas, estas tendencias se transforman cada día más. El cine mexicano está creciendo, los autores están aprendiendo velozmente cómo contar historias, hoy un guionista puede considerar la posibilidad de vender su guión y verlo en pantalla (ya se abrió la primera agencia de guiones en México), hay una diversidad de historias, hay mayores apoyos de Imcine e incentivos fiscales, y se siente el aliento de la vida en muchas cintas nacionales. También, los directores ya no hacen una película cada diez años, sino que tienen oportunidad de filmar con mayor regularidad, lo que permite que ejerciten su oficio y que surjan nuevos autores y rostros en el cine mexicano. Lo que pasa es que todavía falta mucho trecho por andar.

Se habló de varios factores que detienen el desarrollo de la industria cinematográfica mexicana. Lo primero es el ya mencionado prejuicio del público. Este desconocimiento es el último eslabón de una cadena complicada de acontecimientos desafortunados. Por un lado, el sistemático sabotaje de las exhibidoras -fuertemente presionadas por el mercado hollywoodense-, el descuido de las distribuidoras y la ausencia de leyes que protejan y fomenten su desarrollo no permite que la gente se entere de las películas a tiempo. Pero a Jonsson le sucedió una cosa que es de llamar la atención. La Cineteca Nacional rechazó su película, suponemos que por considerarla comercial dado que ese foro favorece el cine de arte, de autor, el que no sobrevive en el circuito comercial. Lo que pasa entonces es que el cine mexicano comercial no tiene mucha cabida ni en el circuito de exhibidoras ni en los foros alternos (a menos que lo promocionen desde los púlpitos). Con todo, el valiente Alan Jonsson espera realizar su siguiente película, no en diez años, sino en uno.

Esto es todo por ahora. El próximo martes comenzaremos un nuevo ciclo, esta vez de documental, titulado Redes sociales ante el poder de lo ilusorio, en el que revisaremos lo que la gente organizada hace ante la manipulación mediática de las grandes corporaciones.

Los esperamos en el Foro Hilvana los martes a las 20:00.

sábado, 22 de mayo de 2010

MARTES 25: Morenita, el escándalo


MARTES 25 de MAYO 2010

MORENITA, EL ESCÁNDALO
Dir. Alan Jonsson
Guión: Alan Jonsson y Annabel Oakes
(México, 2009, 92 min.)

Proyección a las 20:00

Una película controvertida por andarse metiendo con la virgencita. Una exótica ensalada de creencia, narcotráfico, humor y suspenso.

Estará con nosotros en el debate Alan Jonsson, el autor, cuya ópera prima es una película de misterio producida en EUA en 2000 y que se titula Knowing, y que tiene también experiencia como productor. Nos acompañará igualmente Ozcar Ramírez, quien coprodujo esta película con Alan y ha producido diez películas en total, como Club Eutanasia (2005) y Cumbia callera (2007). Ozcar y Alan han trabajado juntos en la producción de dos películas además de esta. Veamos qué dice esta dupla de jóvenes cineastas en el debate después de la función.

¡Los esperamos desde las 19:30!

miércoles, 19 de mayo de 2010

Purgatorio

por Lila Nieto

Es profundo el poder de la experiencia sensible, porque dice todo con pocas palabras y sin querer impresionar a nadie, sólo un transmisor de información pura y simple contenida en una imagen como en una gota de agua, una gota detrás de otra, con palabras y silencios. Poesía.

Purgatorio está conformado por tres cortos que se filmaron por separado en un período de diez años: Paso del norte (2002), Un pedazo de noche (1995) y Después de la muerte (2005), pero más que eso, es una película realizada cuidadosamente por seres sensibles. Elías Nahmías es un ser sensible. Es algo así como un samurai cinematográfico con alma de escritor. Un viajero que sigue los cables para llegar al set. En el cine ha hecho "todo menos cortar el pelo". Tomás Pérez Turrent, que en paz descanse, fue uno de los pocos críticos de cine que ha habido en México, escribió el guión de la famosa película Canoa, de Felipe Cazals, fue maestro de escritores en Sogem. Roberto Rochín tiene una vasta cultura visual. La imagen está muy cuidada en esta película, y esto no sólo se debe a que Rochín haya querido homenajear a Gabriel Figueroa, al Indio Fernández, a Alejandro Galindo, sino también a que entre él, Tomás y Elías lograron traducir a Rulfo en esas imágenes, en los diálogos que se parecen a los suyos, en la elección de los cuentos. En esta película no se eligieron los cuentos más conocidos de Rulfo, los de El Llano en Llamas, los que suceden en el campo. El hilo conductor que los une no sólo es "la onírica pesadez de la muerte" sino los personajes perdidos que provienen del campo y migran. A la ciudad, al otro lado, a una hacienda en otro pueblo. Personajes que migran para escapar de la miseria, pero cuyo destino trágico los alcanza de todas maneras.

Elías se fue de México muy joven porque acá no había trabajo. Llegó a Los Ángeles y comenzó a seguir los cables. Recuerda que cuando se fue despreciaba el cine mexicano, y estando allá le sucedieron dos cosas: comenzó, quizás por nostalgia, a ver cine mexicano, y entró en contacto con la cultura de la frontera. "Ahora, una de cada cinco películas que se hacen es sobre la frontera, pero no se ha hecho LA gran película sobre la frontera. Bajo California es muy buena." Entonces alguien en el público recordó también el documental Los que se quedan, de Juan Carlos Rulfo, el mismísimo hijo de Juan Rulfo, y la recientemente saboteada en cartelera Norteado, que fue premiada en un montón de festivales en todo el mundo, incluyendo uno de mejor edición en los Arieles. Esa no la he visto, la quitaron demasiado pronto de los cines.

"Uno no va al cine para entretenerse, sino para reconocerse (...) Ahora los cineastas copian a otros cineastas, y no se inspiran en la realidad (...) Hay buena literatura en México, y se adapta poco (...) Tienes que revisar tu realidad. No puedes inventar el cine a partir de ti mismo (...) Si viéramos el cine mexicano de los cuarentas y cincuentas nos ahorraríamos mucho tiempo. El cine del Indio, el de Galindo."

Es interesante pensar en estas palabras. El cine mundial adapta muchísima literatura y teatro. Sobre la adaptación, él piensa que el cuento funciona mejor en las adaptaciones que la novela, porque tiene ese efecto de gancho al hígado, esa síntesis que lo hace redondo. "Rulfo se ha adaptado antes, y se puede seguir adaptando". Da para mucho. No sólo fue escritor, también fue un gran fotógrafo. Hay fotografías suyas que "son mejores que las de Álvarez Bravo". Y ese ingrediente quizás es lo que hace tan cinematográficas sus historias, tan llenas de contenido las imágenes. Elías adaptaría Pedro Páramo "con una cámara casi amateur, algo muy primitivo como la novela".

El lenguaje del cine es según él más cercano a la pintura y a la fotografía que a la literatura o al teatro. "Todos los días se suben cincuenta mil videos al You Tube, y se toman más fotografías que en toda la historia de la fotografía". Revisar la realidad no sólo significa leer el periódico. Elías ya no lee El Proceso porque "es tanto dolor, que nosotros los seres sensibles..." (y se lleva la mano al pecho). También se puede revisar la realidad al fugarse de ella, a través del arte, de la literatura, del teatro, de las manifestaciones de otros espíritus sensibles distintos a nosotros que de todos modos se desprenden del contexto en el que surgen, a veces con mayor fuerza que la imagen cruda e inmediata. Los hombres somos seres simbólicos.

Sobre el guión, Elías no trabajó con Tomás Pérez Turrent directamente. El proceso de este proyecto comenzó con la elección de cuentos por parte de Rochín, que se los dio a Tomás para que hiciera la adaptación. Cuando éste le entregó el resultado, Rochín se lo pasó a Elías para que lo revisara. Él comparó los cuentos de Rulfo con el guión de Pérez Turrent y se dio cuenta de que Tomás había dejado fuera cosas importantes, así que trabajó sobre las adaptaciones de su amigo para lograr el guión final. Pero al principio sólo se trataba de adaptar los cuentos por separado, y fue al terminar el primero de los cortos, Paso del norte, cuando Rochín y su equipo decidieron hacer el largo. Era la época en que tuvieron éxito películas como Amores perros y Nicotina. Pero estos tres samurais querían mostrar otra visión de México distinta a esa en la que los personajes van con pistola dando tiros por la calle, al estilo hollywoodense. Querían hacer un homenaje al cine mexicano de los cuarentas y cincuentas.

En esta ocasión debo hacer mención del público que asistió a la proyección de Purgatorio y se quedó al debate con Elías. El público de la noche fue gourmet, de primera calidad, un público activo y receptivo, crítico, sensible. Una directora de teatro con ojo de águila para los actores que decidió esta noche venir al cineclub en vez de ir a una de todas esas obras que quiere ver y que también se presentan los martes. Un informático que se perfumó para llegar a la función de gala y que la semana pasada también nos dio aventón de regreso. Un melómano que ha visto tanto cine y tanta ópera y recuerda un video del temblor del '57. Un promotor cultural que nos ofrece un espacio semanal en el radio para anunciar nuestra programación (Radio Vox, 1440 AM, los martes a las 12 del día). Un diseñador que lleva poco tiempo trabajando en una productora. Lauro, Nora, Javi, hilvanadores del foro, y nosotras, las del cineclub. Había de qué hablar y en la plática se sentía el placer del intercambio. Un debate no se trata necesariamente de escuchar al expositor o rescatar todos los puntos buenos de la película, sino que también incluye el análisis crítico de la obra, lo que no salió bien y la historia de atrás. Todos somos el público.

La directora de teatro criticó la actuación del primer corto, Paso del norte: "cae en el melodrama cuando Rulfo es tragedia", dijo, y recordamos lo que mencionó Elías al introducir la película: "Rulfo encontró la tragedia griega en el campo mexicano". Estuvimos de acuerdo con ella, "sólo en las mexicanas los personajes gritan cuando los balacean". También, la transición entre la segunda y la tercera historia es muy fina, y el primer corto sale sobrando para la teatrera. Y eso que mucho se corrigió en la mesa de edición. El primer corte funcionaba más o menos bien, luego llegó un editor joven que destruyó lo salvable, y el cambio de editor arregló el desastre para dejar el resultado que vimos en la pantalla. Elías piensa que se le podría ayudar más. Un editor no sólo debe cortar y pegar; "te engolosinas cortando, pero nunca debes olvidar que lo importante es la emoción", es contar la historia sin cortar un momento de emoción narrativa en pro de las tijeras. El ritmo lo da la emoción, no los cortes, piensa, y se acuerda de la editora de Coppola, que busca el fotograma o la escena central de un segmento y a partir de ello construye, poniéndole antecedente y consecuencia. Elías ha aprendido mucho sobre guión escuchando los podcasts de entrevistas que se publican en Creative Screenwriting, muy recomendables. Con todo, esos largos y acartonados alaridos de los balaceados en Paso del norte a mí me remitieron a la estética del cómic, un cómic mexicano que me llevó a tocar ese tiempo pasado, esa postal amarillenta de la memoria de otros, ese blanco y negro con fuegos artificiales a color, la fiesta de la miseria.

También se criticó la pata de la que muchas veces ha cojeado el cine mexicano: el sonido. Había diálogos que me hicieron extrañar los subtítulos. Elías recuerda haber visto versiones en las que se escuchaba mejor. Y aquí entra el delicado tema de la exhibición. Uno piensa que poner una película es meter el disco en el DVD y picarle play, pero el puesto del cácaro es de gran importancia, debería haber diplomados, carreras técnicas para cácaros. Esta vez tuvimos algunos problemas de proyección: la imagen misteriosamente se agrandó en el transcurso de la semana, y era más larga que la pantalla, cosa que no pudimos corregir en el proyector, así que enrollamos la pantalla y proyectamos sobre la pared. Eso quedó muy bien, no había clavos. Pero el audio tiene sus bemoles cuando lo controlas desde una consola llena de perillitas, botoncitos, numeritos, cables extraños y un interruptor de autodestrucción, y cuando el ingeniero que no pudo venir dio instrucciones telefónicas que seguimos a los tumbos para lograr un audio que sólo sonaba de un lado y no era muy nítido. Llegué a extrañar nuestro estéreo viejo de la sala de Sogem que ahora recuerda sus buenos tiempos en el cuarto de mi azotea. Estas cineclubistas se están ajustando al nuevo lugar y deben aprender a proyectar sin tropezones en su nueva casa. El ejercicio del cineclub también involucra la calidad en la exhibición. Todos somos el cácaro.

En Un pedazo de noche, la segunda y mejor lograda de las historias, una prostituta vaga por la noche con un sepulturero que ha rescatado de la cantina al bebé de su compadre. El homenaje a la fotografía de Figueroa y al cine de Galindo es muy claro en esta historia, pero también es clara la finura del guión y la elegancia de las imágenes. "Qué tal ese primer plano de Dolores Heredia. Nunca la había visto tan bien fotografiada, tan hermosa." "Y él está genial, cuando le dice: 'nunca quieras a nadie'." "Y la escena en la que caminan al revés en el reflejo del charco, y pasa una bicicleta... jíjole, se la mamó, eh?"
Esta historia es definitivamente la mejor, la más poética, en blanco y negro de ébano, con los faroles y los faros amarillos, la luna baja e irreal de grande. Una voz en off muy bien utilizada -en las tres historias es muy acertada la voz del narrador. Recordamos también los narradores de Barry Lyndon, Sunset Boulevard, algunas de Woody Allen. Lo único que yo no entendí en Un pedazo de noche fue que al principio ella, la puta de muchos nombres y ninguno, dice que el sepulturero era el hombre que después sería su marido, pero la historia construye un amor imposible. Quizás ella lo sueña. Quizás al final simplemente se muere.

Y cómo es el mundo de la publicidad que casi todas las imágenes que se encuentran en Internet cuando buscas Purgatorio son de la tercera historia, de la diva Ana Claudia Talancón y Pedro Armendáriz Jr. Sólo encontré una imagen de Paso del norte (en el párrafo correspondiente) y tres de Un pedazo de noche (dos de ellas aquí arribita).

La tercera historia es la única de las tres que se filmó a color. Por eso a las dos primeras se les aplicaron algunos muy finos y bien elegidos pincelazos en la postproducción: las luces amarillas de los faroles, los fuegos artificiales detrás de la catedral, una sábana iluminada a contraluz, alguna otra cosita. Pero decía del tercer corto, Después de la muerte, donde el fantasma del arrepentimiento acecha a don Julio, el fantasma de Cleotilde, la bella fetichizada, que se casó con él sin amarlo y le negó su cuerpo para ofrecerlo a todos los demás, Cleotilde con la vida "tan delgadita"... Ana Claudia resplandeciente en la pantalla y una tragando pálomas.

¿Y por qué esta película se llama Purgatorio? Juan Rulfo dice en sus cuentos que el cuerpo es la prisión del alma.

Los esperamos el próximo martes con la proyección de

MORENITA
de Alan Jonsson
(México, 2009, 90 min.)

Estarán con nosotros en el debate Alan Jonsson, director, y Ozcar Ramírez, productor. Proyección a las 20:00.

¡Abróchense los cinturones!

lunes, 17 de mayo de 2010

MARTES 18: Purgatorio


Queridos amigos,

Los invitamos a nuestra siguiente proyección, un filme que se basa en tres cuentos de Juan Rulfo y que se desarrolla en el México de los años 50. Ganadora del premio Free Spirit en el Festival Internacional de Cine de Varsovia en 2009, les presentamos

PURGATORIO
de Roberto Rochín
escrita por Elías Nahmías
y Tomás Pérez Turrent
(México, 2008, 96 min.)

Nos acompañará en el debate Elías Nahmías, quien trabajó junto con Tomás Pérez Turrent y Roberto Rochín para lograr el guión de esta película. La trayectoria de Elías en el mundo del cine incluye cuatro guiones más, todos dirigidos por Roberto Rochín, entre los que destaca el cortometraje Paso del norte, que coescribió con Pérez Turrent y el largometraje Después de la muerte. Pero también ha trabajado como operador de cámara, editor, continuista, coordinador de producción, asistente de dirección y diversas otras actividades en producciones como Diez historias cortas de amor (asistente de dirección), de Rodrigo García; ¿Quién diablos es Juliette? (coordinador de producción), de Carlos Marcovich, y Los motivos de Luz (asistente de dirección), de Felipe Cazals.

Los esperamos este MARTES 18 DE MAYO a las 20:00.

¡Abróchense los cinturones!

domingo, 16 de mayo de 2010

Por la libre

por Lila Nieto

Una película que habla sobre el fin de la adolescencia, cuando los jóvenes resultan más maduros que sus padres y la vida se vive en presente, Por la libre trata de manera fresca y divertida las relaciones familiares entre tres generaciones. También, se puede ver en ella a un personaje muy representativo del trabajo del guionista, Antonio Armonía: un muerto que emprende un viaje. Este guión se filmó en el octavo tratamiento.

La ridícula moralina mexicana se hizo presente desde la primera rueda de prensa en la que se le preguntaba al director por qué tocaba "temas tan fuertes como las drogas y el incesto" y no se comprometía. Juan Carlos de Llaca respondió, "el compromiso es con la historia". Toda obra maneja valores, y éstos no pueden tratarse aisladamente, no deben tocarse de manera didáctica y aleccionadora. Esto sólo desemboca en el aburrimiento, el acartonamiento y la deshonestidad. La autora de esta reseña no deja de sorprenderse de que una película tan suavecita como esta haya despertado la alarma cuando vivimos en un país tomado por el narcotráfico y por gobernantes que participan impunemente en redes de prostitución infantil, por mencionar sólo dos detallitos.

De Llaca realizó un trabajo muy interesante con los actores, la mayoría de los cuales tenía poca experiencia. Decidió no mostrarles el guión sino hasta cinco días antes del rodaje para evitar que el trabajo se volviera "muy racional". Durante el casting, a los actores se les pidió que improvisaran libremente ante la cámara durante aproximadamente dos minutos, sólo para darse cuenta de su energía, de su expresividad, de su personalidad. Ya elegido el elenco, Juan Carlos se dedicó a realizar improvisaciones de tipo teatral en busca de la espontaneidad, con puntos de partida similares a las situaciones del guión. De esta manera, los actores lograron la construcción de sus personajes "sin darse cuenta". Durante el rodaje, De Llaca incorporó algunos elementos de las improvisaciones. La filmación fue bastante ágil gracias al trabajo previo con los actores, pues "los personajes ya estaban muy bien construidos".

Alguien preguntó por qué se llama Por la libre si los personajes se van por la carretera de cuota. Quizás sea justamente por eso la broma, pero Juan Carlos confesó que hubiera sido mucho más problemático filmar en la carretera libre, pues está llena de curvas, pueblitos, perros, topes y vendedores de refrigerios. El equipo de filmación hubiera sido una ondulante caravana de carros entre los cerros: el carro de los protagonistas, el carro con la cámara, el carro de vestuario, el carro de fierros... en la carretera de cuota las escenas de viaje se filmaron en un día y medio, cosa que hubiera sido impensable de otra manera. No olvidemos que hacer cine tiene un importante elemento práctico.

Cuando se hizo esta película no existían los apoyos de Foprocine y Fidecine. El Imcine apoyaba menos proyectos en ese entonces, había menos dinero para filmar, por lo que fue financiada en su totalidad por la extinta productora Altavista Films. La primera vez que se proyectó fue en el festival de Toronto, y Juan Carlos no tenía la menor idea de cómo iba a ser la recepción, de si el público se conectaría con el humor de la historia, pues de tanto concentrarse en la cinta no hubo muchas risas en el rodaje ni en la mesa de edición. Sin embargo, el público canadiense terminó a las carcajadas, y la película fue exitosa también en México. A la larga, no tuvieron que vender camisetas ni condones conmemorativos para recuperar la inversión.

Esta película "es la más comercial que he hecho", confiesa el director, "y la más comercial que voy a hacer". Su tirada, sin embargo, no es hacer películas solemnes que complazcan a la crítica festivalera, sino verse representado en historias donde "la profundidad se alcance por medio de la ligereza", de manera que sí pueda acercarse al público sin venderse a las fórmulas comerciales ni al mercado de los festivales.

Se tocó bastante el tema del cine festivalero en este debate. Dice nuestro invitado que el camino de los festivales es muy estridente, pues busca apantallar a la crítica. Recordó la anécdota de un amigo suyo de cuyo nombre no quiso acordarse por aquello de la discreción -un gran guionista y dramaturgo, aseguró Juan Carlos-cuya ópera prima tenía un maravilloso ingrediente de humor que terminó solemnizándose por asesoría de un seleccionador de un festival importante para que entrara en el festival. Al cortarle aquí y pegarle allá el autor se olvidó de contar su historia.

Sobre los problemas actuales del cine mexicano y la falta de espectadores, De Llaca piensa que los dos principales culpables son ambos extremos de la cadena: los guiones y los exhibidores. Sobre los segundos conocemos ya muchas de sus mañas para aniquilar los proyectos nacionales. Sobre los guiones, Juan Carlos está convencido de que el "vacío de contenidos" que todo lo puebla se debe en gran parte a que somos una "sociedad deprimida", y el pesimismo no permite que veamos salidas ni que nos demos cuenta de que tenemos mucho de qué hablar. "La desesperanza te cierra, no es que no haya talento".

"Hay algo en el trabajo del escritor que es estar tú contigo, y es de enorme placer", nos confiesa. "El fenómeno creativo es misteriosísimo, a veces quieres llevar a tu personaje a la playa pero cuando te das cuenta ya está en el bosque". Ante esto, él recomienda jamás ver para atrás: seguir al personaje por el bosque y ver a dónde te lleva.

Juan Carlos tiene ahora dos proyectos en marcha. El primero "se puede llamar Así es la suerte o Adiós Otelo", y se trata sobre un actor clásico que de pronto se contagia de una racha de mala suerte, y por estar sumido en la negatividad no puede salir de ello. El otro proyecto puede llamarse Gloria en las alturas o quizás Bendito estatus, pues trata sobre los precios que pagan los matrimonios de clase alta por mantener su nivel de vida.


Los esperamos el próximo MARTES 18 DE MAYO a las 20:00 con la proyección de una película que rescata tres cuentos de Juan Rulfo:

PURGATORIO
de Roberto Rochín
escrita por Elías Nahmías y Tomás Pérez Turrent
(México, 2008, 90 min.)

Estará con nosotros Elías Nahmías, cuya trayectoria en el mundo del cine incluye no sólo varios guiones con el mismo director, sino casi todos los puestos imaginables en una producción.

¡Abróchense los cinturones!

viernes, 7 de mayo de 2010

MARTES 11: Por la libre



Amigos,

Los invitamos a nuestra próxima proyección dentro del ciclo Cine Mexicano Contemporáneo II. En esta ocasión, proyectaremos

POR LA LIBRE
Dir. Juan Carlos de Llaca
Guión: Antonio Armonía
(México, 2000, 96 min.)

Foro Hilvana
Martes 11 de mayo, 2010
20:00

Estará con nosotros para el debate el director de la cinta.
¡Abróchense los cinturones!


Juan Carlos de Llaca

La angustia de vivir, la nostalgia por el pasado, la frontera entre lo imaginario y lo real y la otredad son algunos de los temas que inquietan a Juan Carlos de Llaca, talentoso cineasta mexicano que ha destacado tanto en el cine documental como en el de ficción.

Como muchos de su generación, el acercamiento de Juan Carlos de Llaca al cine se dio por medio de la experimentación con el formato de super 8mm. Tras su ingreso al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, de Llaca realizó varios cortos y un par de mediometrajes en 16 mm que resultaron premiados. Su labor dentro del quehacer cinematográfico le ha permitido experimentar como guionista, editor y sonidista, además de director.

En 1992, su cortometraje Me voy a escapar se convirtió en uno de los más célebres de la década de los noventa. Su interesante propuesta visual, que mezcla lo imaginario con lo real, le logró una invitación para competir en la sección oficial de cortometrajes del Festival de Cannes, además de otras 60 invitaciones a distintos festivales cinematográficos internacionales.

En el aire representó su primera incursión en el largometraje y una gran satisfacción, al recibir nueve nominaciones al premio Ariel. Su segundo largometraje, Por la libre, fue producido por Altavista Films y logró una buen aceptación entre el público y la crítica. Actualmente prepara su tercer largometraje, mientras realiza comerciales y videos musicales.

Filmografía

  1. Por la libre (2000) .... director
  2. Centro Cultural Santo Domingo (1998) .... director (documental)
  3. En el aire (1995) .... director y guionista
  4. Me voy a escapar (1992) .... director, guionista y coeditor (cortometraje)
  5. Monte Albán I: Muerte (1991) .... director, guionista y coeditor (cortometraje documental)
  6. El sol de Monterrey (1989) .... director, guionista y coeditor (cortometraje documental)
  7. Padre nuestro (1988) .... director, guionista y editor (mediometraje)
  8. Recuerdos de Juan O'Gorman (1988) .... asistente de dirección (documental)
  9. Los confines (1987) .... asistente de dirección
  10. Sentido contrario (1987) .... sonidista (cortometraje)
  11. Debutantes (1986) .... director, guionista y editor (mediometraje)
  12. Acariciándome frente al espejo (1986) .... sonidista (cortometraje)
  13. Suspiros 2 (1985) .... director, guionista y editor (cortometraje)
  14. Suspiros 1 (1985) .... sonidista (cortometraje)
  15. El visitante (1983) .... director, guionista y editor (cortometraje)
  16. A distancia (1982) .... director, guionista y editor (cortometraje)
  17. Transparencias (1980) .... director, guionista y editor (cortometraje)
http://cinemexicano.mty.itesm.mx/directores/juancarlos_dellaca.html

miércoles, 5 de mayo de 2010

Conejo en la luna

por Lila Nieto

El cine es un retrato de su tiempo. Retrata las ciudades, los momentos, las culturas, y registra las dinámicas y sus transformaciones, por lo menos en potencia. Es un espejo en el que podemos reconocernos, si es que estamos dispuestos. En esta película, por ejemplo, podemos ver una ciudad de México en la que todavía los taxis eran color verde, adivinamos quizás que el departamento de Antonio (Bruno Bichir) y Julie (Lorraine Pilkington) está en la colonia Narvarte, sobre Cumbres de Maltrata, y que la corrupción de las autoridades mexicanas es todavía peor hoy en día. Este espejo también nos refleja en contraste con otra cultura, la inglesa, cuya corrupción es más flemática y contenida, menos chorreante y descarada que la nuestra. Cuestión de personalidades. Podemos ver igualmente cómo otras instituciones, como la embajada inglesa, no están preparadas para actuar en una emergencia, y que somos las personas quienes podemos ayudarnos unos a otros, aunque también las mezquindades personales obstaculizan las causas mayores. Este filme, después del documental En el hoyo, de Juan Carlos Rulfo, fue el primero en filmarse sobre el segundo piso del periférico.

Aunque la película tiene ya seis años de edad, la siguen pidiendo en festivales, y sigue siendo la consentida de su autor, Jorge Ramírez-Suárez, pues es una historia que permanece actual, aunque ya se queda muy corta ante la situación de violencia, desintegración social, corrupción e impunidad que estamos viviendo ahora en México. Jorge contó sobre la serie de pláticas que sostuvo con un ex-judicial que "tenía una idea muy platónica sobre ser policía" cuando empezó su carrera, y que finalmente terminó saltando del barco después de haber vivido experiencias que, en palabras de Jorge, "si realmente hubiera puesto en la película lo que me contó, no la aguantaría nadie". También nos comentó que, en Inglaterra, la tensión que se genera con la separación de Julie y su bebé resultaba insoportable para algunos, pero "acá estamos acostumbrados" a eso.

Las complicaciones de filmar son distintas en cada país. En Inglaterra filmaron algunas escenas cortas dentro de la embajada mexicana, y necesitaron un permiso especial de la policía diplomática para hacerlo, y debieron seguir una serie de indicaciones como no estacionar carros frente al lugar, por lo que se hizo mucho más larga de lo común esa jornada de trabajo. En México, fue más barato construir un set igual a la puerta de abordaje del aeropuerto que pagar el permiso para hacerlo en el sitio, y filmar en las calles fue como jugar serpientes y escaleras porque, independientemente de que tuvieran permiso para hacerlo, llegaban los policías a impedir el trabajo hasta que recibían una mordida.

Conejo en la luna se estrenó en México en 200 salas y tuvo medio millón de espectadores, una miseria decente considerando que "el público mexicano no ve las películas mexicanas". Un asistente comentaba al respecto que lo que sucede es que ves una película que te gusta, por ejemplo la que vimos hoy, pero la siguiente que ves es algo indigerible y grotesco como por ejemplo Batalla en el cielo, de Carlos Reygadas, o de mierdosa calidad como El estudiante, de Roberto Girault. La película que vimos hoy se mantiene en el medio. Conserva su atmósfera de thriller, de ficción bien contada, y evita desgarrar al espectador con un espejo demasiado crudo o con un tema con el cual no pueda identificarse. Jorge adquirió vasta experiencia como lector y analista de guiones en Los Ángeles, California, y afirma, "no hago cine para los críticos y los festivales". Aún así, la película viajó por diversos festivales, y al director de la Berlinale le encantó, pues además de estar contada a la manera de un thriller hollywoodense, tiene un gran contenido político, cosa característica en las selecciones de ese prestigiado festival.

La película se estrenó también en diversos países europeos y en Brasil, donde tuvo buena recepción. El autor se sorprendió al enterarse de que el mayor éxito se alcanzó en Rusia y Turquía, seguido de los Países Bajos e Italia. En México había aproximadamente unas 150 mil copias piratas en la semana de su estreno.

Originalmente, Jorge situó la historia en Alemania, pues ahí reside, pero como todos los fondos para la producción cinematográfica de ese país son gubernamentales, no consiguió un centavo. En cambio, la productora inglesa con la que finalmente realizó la película es independiente y se interesó mucho en cuanto leyó el guión, que alcanzó 26 tratamientos antes de quedar listo para filmarse. Jorge encargó los diálogos de la versión final (o diré semifinal, con eso de que nuestra nueva sede está a distancia de un balonazo de la Federación Mexicana de Futbol) a un escritor inglés.

¿Existe una diferencia entre los actores ingleses y los mexicanos? La técnica de los actores ingleses lleva siglos perfeccionándose, y los mexicanos somos mucho más jóvenes en este campo. Jorge se admiraba de cómo todas las tomas de las escenas con Adam Kotz (Bower) o Reece Dinsdale (Tom) o Lorraine Pilkington (Julie) eran idénticas. La expresividad contenida que logran es poderosa. Sin embargo, Jorge sostiene que cada actor es totalmente distinto. Por ejemplo, Jesús Ochoa detesta ensayar, y prefiere que lo dejen en paz para construir a su personaje; en cambio, Bruno Bichir necesita mucho trabajo de análisis teórico y largas pláticas con el director para generar su proceso creativo. Cada vez que terminaba el llamado, Bruno se metía al famoso teatro de la compañía de Shakespeare para deleitarse con su legendaria maestría. Y Carlos Cobos, quien estuvo a punto de rechazar el proyecto porque tenía apalabrada una pastorela, se ganó un Ariel por su papel como Mario "El gordo" Corona.

Los problemas del cine mexicano son vastos y complejos, o qué pensaban. Incluso ahora que existen más fondos gubernamentales (Foprocine, Fidecine) e incentivos fiscales (Eficine, mejor conocido como "el dos veintiséis"), estos fondos se utilizan para la producción, pero no existen apoyos para la distribución. En Alemania, por ejemplo, es el gobierno el que paga las copias para estrenar (que cuestan unos mil dólares cada una), y no el distribuidor, como sucede en México. Y es que en los países que mantienen una industria cinematográfica sana a pesar de que las pantallas de todo el mundo están llenas a más del 60% por cine de Hollywood, existen leyes que protegen su cine, que lo subsidian desde la producción hasta la distribución, y que obligan al exhibidor a proyectar un porcentaje de cine nacional. El caso más admirable es Francia, donde más del 35% de lo que se proyecta es cine francés, y el 11% del dinero que entra en taquilla se utiliza para financiar más películas. Aquí, el único que gana dinero del cine es el exhibidor, y los distribuidores (como Gussi Artecinema, una de las distribuidoras más grandes del país) ya se la piensan dos veces antes de entrarle a una película mexicana con la cual lo más probable es que pierdan dinero. Jorge piensa que la única alternativa es que se modifique la ley. Hay que estudiar el reciente proyecto de Ley Federal de Telecomunicaciones y Contenidos Audiovisuales. http://www.amedi.org.mx/

Para colmo, el personal que trabaja en los cines no está capacitado. El mismo muchacho que hoy sirve palomitas mañana limpia las salas y al día siguiente es el proyeccionista, y no tiene idea de lo que cuesta una copia en 35mm ni del cuidado que debe proporcionarle para rebobinar el carrete. La mayoría de las copias quedan tan arruinadas (las rebobinan a toda velocidad en una máquina con todo y el polvo pedregoso que se les pega del suelo) que "parece que les bailaron encima el jarabe tapatío". Sin embargo, aunque al empleado se le puede recriminar el descuido, es el exhibidor quien no se preocupa por capacitarlo y mucho menos por brindarle condiciones dignas de trabajo. Incluso cuando ha habido un esfuerzo por capacitar a los empleados de los cines, lo que sucede es que, como ninguno tiene sueldo suficiente ni prestaciones, a los tres meses ya se han cambiado de trabajo y empezamos otra vez... Recordamos con nostalgia al cácaro de Cinema Paradiso que guardaba los besos censurados, o al proyeccionista retirado al que Jorge alguna vez entrevistó que se apresuraba en su bici al terminarse el primer carrete para proyectarlo en el otro cine del pueblo. ¡Ese es un cácaro!

¿Hubo problemas de censura para exhibirla en México? No exactamente. Realmente no, y eso se lo aseguró un trajeado cuya loción conservaba un buqué priísta dentro de la Secretaría de Gobernación durante el sexenio de Fox, cinco días antes del estreno, con palabras que bien pudieron haber sido como estas: "Este es el gobierno del cambio, y no hay censura, pero las cosas ya no son así como las pinta en la película. Por favor, ponga mucho hincapié en que esto es una ficción." Sin embargo, le dieron la clasificación "B-15", que le permitiría mayor audiencia que si le hubieran dado la "C". Algo que aprendió el gobierno con El crimen del padre Amaro fue que la publicidad negativa jala muchos espectadores. Es mejor quedarse quietecitos y esperar que todo se diluya.

Jorge Ramírez-Suárez tiene una película más reciente que esta, Amar (2009), con la que se aleja del thriller político para construir un entramado de relaciones amorosas entre parejas de distintas edades. Pronto se estrenará también la película Los inadaptados, que conjunta cuatro historias contadas por cuatro directores, uno de los cuales es él. Esta película se filmó con "la mejor cámara que existe", una Sony F35, que graba en alta definición pero que capta el mismo o incluso un mayor rango de luz que la película de 35 mm, cosa que hasta ahora ha sido uno de los principales problemas de las cámaras digitales. Claro, la nena cuesta medio millón de dólares.

¿Qué hacer ante la apatía del público mexicano que se rehúsa a ver películas nacionales y ante su irregular calidad que muchas veces lo único que logra es demostrar por qué los espectadores prefieren los churros gringos? Podemos seguir con esta labor de difusión y discusión del buen cine mexicano.

Bienvenidos sus comentarios a esta reseña.

Los esperamos el próximo martes 11 de mayo con Por la libre, de Juan Carlos de Llaca, quien estará con nosotros en el debate. La proyección comienza a las 20:00.


¡Abróchense los cinturones!

lunes, 3 de mayo de 2010

MARTES 4: Conejo en la luna


Queridos cinéfilos,

Este MARTES 4 DE MAYO los invitamos a la proyección de un thriller que muestra la corrupción de las autoridades encargadas de la justicia.

CONEJO EN LA LUNA
de Jorge Ramírez Suárez
(México/Reino Unido, 2004, 112')

Foro Hilvana
Colima 378
entre Salamanca y Cozumel
Col. Roma Norte
Frente a la Federación Nacional de Futbol

Proyección a las 20:00


Jorge Ramírez Suárez

Nos acompañará para el debate de esta película su autor, Jorge Ramírez Suárez, quien estudió Comunicación en la UNAM y cine en el Centro de Capacitación Cinematográfica, donde fue parte de la generación más prolífica de dicha escuela de cine, Los Ukeleles, a la que también pertenecen cineastas como Rodrigo Prieto (fotógrafo), Nacho Ortiz (escritor y director), Daniel Gruener (director) y Bruno Bichir (actor y productor), entre otros.

Posteriormente, Jorge estudió con el famoso guionista norteamericano Syd Field, y se mudó a Los Ángeles, California, donde trabajó como escritor y consultor en diferentes productoras de Hollywood.

Antes de filmar Conejo en la Luna, Jorge produjo varias películas, entre las que destacan La mujer de Benjamín, de Carlos Carrera, Hasta morir, de Fernando Sariñana y El grito, de Gabriel Beristáin.

Filmografía

Los inadaptados (2010) (en postproducción)
Amar (2009)
Los simuladores (2008) (serie TV, capítulo "Recursos humanos")
Conejo en la luna (2004)
Pronto saldremos del problema (1998)
Morena (1995)
No quiero discutir (1991)
Pablo y el video (1991)
El túnel de la ciencia (1989)

Conejo en la luna


Esta película, que Jorge escribió, dirigió y produjo, participó en los festivales de Moscú, Los Ángeles, Huelva, Londres, Cape Town, Atenas, Río de Janeiro, Sao Paulo y Hamburgo, además de haber sido seleccionada en 2005 en el Festival de Berlín. Esta película obtuvo ocho nominaciones a las Diosas de Plata y tres al Ariel. En el festival de Toulousse obtuvo el Prix Rail D'oc como mejor película.



¡Abróchense los cinturones!